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La hepatitis C y el hígado

La hepatitis C es una enfermedad que ataca al hígado. Está causada por el virus de la hepatitis C. Obtenga más información sobre la hepatitis C y el hígado.

El hígado

Nuestro hígado es un órgano muy importante. Las funciones principales del hígado son:

  • Controlar las concentraciones de sustancias (tanto saludables como tóxicas) que hay en el organismo. Al comer o beber, ingerimos nutrientes (por ejemplo, proteínas, hidratos de carbono y grasas). El hígado transforma esos nutrientes en productos que el organismo puede asimilar.
  • Descomponer las toxinas (sustancias perjudiciales), como los medicamentos o el alcohol. Transforma las toxinas en algo inocuo para el organismo o hace que esas toxinas sean expulsadas del organismo. 

Además, el hígado:

  • Participa en la coagulación de la sangre
  • Contribuye a la eliminación de células sanguíneas viejas o dañadas
  • Facilita la depuración de ciertas grasas y la asimilación de otras
  • Ayuda a controlar el azúcar en la sangre
  • Ayuda a producir colesterol
  • Participa en la lucha del organismo contra las infecciones

La hepatitis C y el hígado

La hepatitis C es una enfermedad que ataca al hígado. Está causada por el virus de la hepatitis C, que se contagia por contacto con la sangre de alguien que está infectado por dicho virus. La infección por el virus de la hepatitis C puede ser aguda (que acaba de producirse) o crónica (persistente).

  • La infección aguda por el virus de la hepatitis C suele presentarse en los seis meses posteriores al contagio del virus. Las infecciones agudas por el virus de la hepatitis C terminan casi siempre provocando infecciones crónicas por este virus. La hepatitis C aguda no suele originar síntomas.
  • La infección crónica por el virus de la hepatitis C se produce cuando el virus permanece en el organismo durante un periodo prolongado. Se puede tener hepatitis C crónica durante muchos años sin notar nada. En ocasiones, la hepatitis C crónica causa daños hepáticos graves, e incluso la muerte.

La hepatitis C hace que el hígado se inflame (hinche), lo que puede dificultar el funcionamiento correcto del organismo. Si no se trata, esta enfermedad puede causar daños permanentes en el hígado y terminar causando cáncer de hígado o insuficiencia hepática. Por eso es importante hacerse las pruebas de la hepatitis C y recibir tratamiento sin demora para prevenir o retrasar los daños hepáticos graves.