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La hepatitis C y el trasplante renal
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Se considera que el trasplante renal es la mejor opción de tratamiento en los pacientes con falla renal. Si usted decide optar por el trasplante renal, tendrán que hacerle pruebas en un centro de trasplantes para ver si está listo para la intervención de trasplante. En esta evaluación se revisan la salud física y mental y la situación económica.
Trasplante renal en personas con hepatitis C
Las personas con hepatitis C pueden seguir siendo elegibles (aptas) para recibir un trasplante renal. En estas personas, el equipo de trasplantes evaluará la salud del hígado:
- Si el hígado está muy dañado, es posible que no se recomiende el trasplante renal.
- En algunos casos, si el hígado está dañado pero por lo demás la persona tiene buena salud, se podría plantear un trasplante simultáneo de riñón e hígado.
Si se aprueba el trasplante, el médico puede sugerir la utilización de un riñón procedente de alguien con hepatitis C o de alguien que no tenga hepatitis C.
Trasplante de riñón procedente de personas con hepatitis C
El trasplante de un riñón procedente de alguien con hepatitis C podría reducir el tiempo de espera para el trasplante, ya que la demanda de riñones procedentes de personas con hepatitis C es menor. El receptor recibirá tratamiento con medicamentos contra la hepatitis C después de la intervención de trasplante.
Trasplante de riñón procedente de personas sin hepatitis C
El candidato estará en la lista de espera normal para el trasplante renal y recibirá tratamiento contra la hepatitis C antes de la intervención de trasplante.
En el pasado, los tratamientos contra la hepatitis C podían causar problemas en quienes habían recibido recientemente un trasplante renal. Ahora se han creado medicamentos nuevos para la hepatitis C y esto ya no supone tanto problema. Si se plantea el trasplante renal o ya lo recibió, colabore con su médico para decidir qué medicamentos contra la hepatitis C son los mejores para usted.
Trasplante renal de un donante CON hepatitis C a un receptor SIN hepatitis C.
En los últimos años se han dado algunos casos en los que los médicos trasplantaron un riñón infectado por el virus de la hepatitis C a personas sin hepatitis C. Esto supone que el receptor quedará probablemente infectado por el virus de la hepatitis C al recibir el riñón. Sin embargo, una vez realizado el trasplante, la persona recibe tratamiento con medicamentos para curar la hepatitis C.
La salud de quienes reciben un trasplante renal es mejor que la de quienes están en diálisis prolongada. La hepatitis C se puede curar sin tener demasiados efectos secundarios. Esto hace que recibir un trasplante renal sea la principal prioridad.
Los investigadores siguen estudiando este tipo de trasplante, pero se han observado resultados muy positivos en los pacientes que lo han recibido hasta ahora.